Himno al sol. Akenatón
Himno al sol. Akenatón:
- Apareces henchido de belleza en el horizonte del cielo,
- Disco viviente, que das comienzo a la Vida.
- Al alzarte sobre el horizonte de Levante
- llenas los países con tu perfección.
- Eres hermoso, grande, brillante, alto por sobre tu Universo.
- Tus rayos cubren los países hasta el confín de lo que creaste.
- Porque eres el Sol, los has conquistado hasta sus confines
- y los sujetas para tu Hijo al que amas.
- Por lejos que estés, tus rayos tocan la Tierra.
- Estás ante nuestros ojos, pero Tu camino sigue siéndonos ignoto.
- Cuando te ocultas en el horizonte de Poniente
- el Universo se sumerge en las tinieblas y queda como muerto.
- Los hombres duermen en sus moradas con la cabeza tapada
- y ninguno puede ver a su hermano...
- El mundo yace en silencio.
- Es que Su Creador reposa tras el horizonte.
- Pero, al alba, desde que te alzas en el horizonte
- y brillas, Disco del Sol, durante el día,
- expulsas a las tinieblas e irradias tus rayos.
- Entonces, el Doble País es una fiesta.
Akenatón:
Akenatón fue el décimo faraón de la dinastía XVIII de Egipto. esposo de Nefertiti, protagonizó hace casi 3.500 años una revolución al elimianr 2.000 deidades de Egipto y declarar al Sol como único dios.
Desde el principio de su reinado. que coincidió con los años dorados del imperio egipcio, Akenatón y Nefertiti decidieron desafiar todo el sistema de fé del Antiguo Egipto y cambiar una religión de unos 1.500 años de antigüedad.
Ellos estaban dispuestos a sacudir las bases mismas de la visión del mundo egipcio. Sus ideas llevarían a la nación al borde del abismo pero él era un faraón, un dios viviente, y podía cambiar todo: la religión, la política, el arte y hasta el lenguaje.
La idea de Akenatón era dramática y revolucionaria, por primera vez en la historia, un faraón quería reemplazar el panteón de los dioses egipcios por uno solo, el creador de todo: el sol o Atón.
Para los sacerdotes tradicionales, quienes habían dedicado sus vidas enteras a los antiguos dioses y habían sido extremadamente poderosos hasta entonces.
El culto al sol trajo santuarios al aire libre, algo que se hacía antes, pero no a gran escala, sin embargo, eventualmente los únicos fieles que podían entrar en esos templos eran el faraón y su esposa
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