¡Abajo las armas!

Von Suttner fue hija póstuma del conde Franz Kinsky von Wchinitz und Tettau, muerto a los 75 años poco antes de que naciera ella, y Sophie von Körner. Bertha se crió con su madre Sofía Wilhelmine, pariente lejana del poeta Theodor Körner, en un ambiente aristocrático, en medio del militarismo del imperio austro-húngaro.
La tradición militar de la familia de la baronesa —su padre había sido mariscal de campo del Imperio y consejero militar— puede haber sido una de las razones de su fuerte compromiso pacifista.
En su adolescencia aprendía , además del alemán, el francés, el italiano y el inglés, viajaba mucho y tocaba el piano.
Tras la dilapidación de la fortuna heredada de su padre, en parte debida a la pasión de su madre por el juego, Berta ocupa el puesto de institutriz a partir de 1873 en casa del barón Karl von Suttner, un empresario de Viena. Su madre quería que hiciera un matrimonio ventajoso económicamente, pero Bertha se negó y anuló el compromiso con el barón Gustav von Heine-Geldern. Da clases a las cuatro hijas de este último de música e idiomas. En esta época, se enamora de Arthur Gundaccar, el benjamín de la familia von Suttner, siete años más joven que ella.

En lo literario, ¡Abajo las armas! no es una novela magnífica. Escrita bajo la forma de las memorias de una mujer, su trama es lineal y está al servicio de los postulados antimilitaristas que la autora buscaba transmitir. A pesar de ello, los avatares de la protagonista —una mujer que pierde todo (familia, marido, fortuna) durante las distintas guerras en las que Austria participó en la segunda mitad del siglo XIX—, logran interesar al lector.
Porque una destreza se le debe reconocer a Suttner: el saberse aprovechar de los conflictos bélicos que jalonaron todo el siglo XIX y que estaban bien presentes en las mentes de sus lectores. La muerte, el hambre, las pestes, la ruina económica… todos los males que la guerra acarreaba estaban frescos en la memoria de los lectores de ¡Abajo las armas!, lo que facilitaba que se identificaran con las vicisitudes de Martha Althaus, la protagonista.
MARINA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario